miércoles, 14 de octubre de 2009

Nuestra Herramienta más importante: La Comunicación


“El pueblo aprendió que estaba solo. . . El pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza”  

Rodolfo Walsh.




Tal como decía este luchador y periodista, en cada tiempo enfrentamos retos que debemos solucionar. Uno de estos retos podría ser la dificultad para comunicarnos, la in-comunicación. ¿Desde dónde podríamos ver esto? Desde nuestras propias experiencias, cuando nos cuesta poner en común, nuestras problemáticas como estudiantes de una carrera, de carreras diferentes, o de toda la universidad. 

Además de la responsabilidad que nos cabe, hay un orden de las cosas, que se beneficia de esta dificultad, que se beneficia de la incomprensión mutua, de la dispersión discursiva, de la falta de unidad. No obstante, ante circunstancias injustas, es posible vencer la primera in-comunicación, y cuando ya no funcionan las divisiones, a quienes son objeto de los reclamos, les queda imponer una segunda in-comunicación, o seala negación de la voz, la estigmatización y la difamación como estrategias para instalar de nuevo la primera in-comunicación. Sin embargo conociendo nuestra propia historia, narrada desde y por nosotros mismos, estas estrategias de in-comunicación se han visto condenadas al fracaso una y otra vez. 

Como cada tiempo, este es un momento de cambio, y tenemos que empezar a leerlo. 

Cuando se impulsa por parte del gobierno la nueva Ley de Radio-difusión, podemos recordar que el mismo, en el año 2003 firma la Ley 25750, que en los artículos 2 y 3 perdonaba las deudas de Clarín y Telefónica y de los capitales extranjeros. Que en el 2005, el presidente Néstor Kirchner, firma el decreto 527/5, donde suspendía el plazo de conteo de los años licencia durante 10 años, beneficiando a los grandes grupos mediáticos. Contradicciones que podemos expresar, para saber quien es quien, en estos debates. Más allá de la concesión, de más o menos leyes esperanzadoras desde arriba, los sectores marginados, desde abajo, en su día a día, seguirán peleando, para romper el cerco mediático. Seguirán peleando para romper todas las formas de in-comunicación a la que se ven expuestos, producto de una exclusión social, que los invisibiliza, que no les ofrece más medios de comunicación, que los de sus propios cuerpos, ingenios y gargantas.



El camino para los estudiantes, talvez sea comunicarnos mejor, comunicar nuestras ideas, como herramienta para tomar decisiones. En este sentido, quienes y como, utilizaremos nuestros centros de producciones audiovisuales, nuestras videotecas (cuando las tenemos), nuestros análisis semióticos y  talleres, para que servirán, nuestras investigaciones a donde se orientarán, y con que recursos las haremos. Son todas ideas que podemos intercambiar, teniendo en el camino desacuerdos o acuerdos. Encontrando formas para desarrollar nuevos proyectos. Y reclamando espacios para los mismos. 

La dignidad de nuestra profesión, y de la ciencia misma, está en el compromiso que tengamos con ella y con la sociedad de la que somos parte. Es por esto que como pensaba Walsh: “El campo del intelectual es por definición la conciencia”.




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